Diez pecados capitales de un jefe:
- El primero de todos, que el jefe no ejerza como tal. Es decir que no mande, o que, por el contrario, mande demasiado. Por el conocido principio de Peter de que todos ascendemos hasta alcanzar nuestro máximo nivel de incompetencia, muchos de los que fueron eficaces compañeros degeneran al alcanzar puestos de mayor responsabilidad para convertirse en malos jefes.
- El segundo pecado capital lo cometen los jefes que mandan, pero no lideran. Toman decisiones, pero son incapaces de convertirlas en algo que los demás compartan.
- El tercero: El jefe es muy prepotente, lo que suele coincidir con que no es muy educado, no es muy humano, o no es muy honrado.
- El cuarto pecado capital lo cometen aquellos jefes que oyen, pero no escuchan. Escuchar lo que no se quiere oír es incómodo, difícil, pero necesario.
- Quinto pecado: el jefe pierde su propio control. Grave. Ya escribió Albert Einstein que dar ejemplo no es la principal manera de influir en los demás: es la única manera.
- Séptimo pecado capital: el jefe no despide a los empleados o directivos perjudiciales (uf, en este tengo que aportar mi propio comentario: NO SOMOS FUNCIONARIOS, si no valemos, a la calle o a poner sellos en una esquina).
- El jefe que no piensa antes que nada en los clientes es culpable del octavo pecado capital.
- Noveno pecado capital: el jefe tiene miedo, o el jefe divide… y pierde. El miedo paraliza a las personas y organizaciones. Y, lo que es aún más grave, el miedo a los posibles competidores internos obsesionan a los malos jefes, más pendientes de sobrevivir que de la eficacia de su gestión.
- El décimo de los pecados: el jefe es injusto. Justicia es el deber de dar a cada cual lo suyo.
- 10 + 1. (Bonus track). El jefe es un gran hijo de ... (expresión cuyo significado no es literal).
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