domingo, 3 de agosto de 2008

Todo empezó...

Todo empezó con el montaje de las tiendas. Alguna de ellas nos dió más problemas que las otras.



Esta en teoría es una igloo, pero tenía picos, como una canadiense. Nada que no se solucione con un cuchillo, la maña de Monse y un poco de cinta americana (ni el McGuiver!)


Y este fue el menaje que usamos. Noté ciertas miradas de envidia de los vecinos de tienda. Elegante, discreto, acorde con nuestras edades respectivas... Tuve que sacarle una foto, porque este 'momento plato-vaso-servilleta de princesita' pasará a la historia. Me guardé una servilleta en el bolso, pero chsssssssss, que nadie se lo diga a Sonia.


Y aqui empezó la pateada monumental. Jester, una campeona!!! Tu tranqui, que esta semana de reposo, y vuelves a tener los tobillos de su tamaño habitual.
Solo dos comentarios, y mañana - cuando duerma algo y vuelva a ser una humana - sigo con el relato del camping:
- Cuantos amigos se hacen si tienes una pata mal.
- Mecagoen los taxistas que no tienen noción de lo que son 500 metros!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡quiero mi foto con los tomates xeitosos!!
Bueno podemos decir que fueron las 26 horas más surrealistas de mi vida ( o casi)