En la entrada a la Ria de Muros y Noia, pueblo marinero, ahora lugar de turismo, pero sin las grandes aglomeraciones de las Rias Baixas.
La gente es hospitalaria, pero parca en palabras, supongo que por sus costumbres de mar, al pasar la mayor parte de las horas del día solos. Hablan con palabras como: 'eló, jrande, sapatos, juapa' (gheada y seseo, que tanto me gustan).
Si te dejas ver más de 15 días por el pueblo -que sería el período típico que pasaría un turista- empiezan a hacerte preguntas...
No dejeis de ver la Capilla de la Atalaya, desde donde las mujeres de los marineros esperaban y observaban si el barco de sus familiares se acercaba. Desde allí fue sacada esta foto.
Y una recomendación gastronomica por si os dejais caer: comed en A COCIÑA DAS MONADAS, que se hicieron con el tercer puesto del II Concurso de Cociña sobre a Despensa Tradicional en el Salón de Turismo, Deportes e Desenvolvemento Rural, con un plato de bacalao (yo me pedí un arroz que estaba de vicio, pero el bacalao no tenía mala pinta, ni el xarrete con boletus, ni el otro bacalao...)
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