viernes, 29 de enero de 2010

Dos minutos.


Vi como se iba. Llegué tarde. Me hubiera gustado poder estar un poco antes; tan solo el tiempo suficiente para poner en marcha, otra vez, esa "manía que tengo de apretujar". Aunque no sabía ni si estaría allí aún. Demasiado tarde.
Dos minutos antes... y no hubiese visto como arrancaba su coche.


3 comentarios:

Chan dijo...

cua cua cua

RequetePa dijo...

:)
Que conste que echo de menos ese "saludo" via ventanita emergente por las mañanas...

MIGUEL DÍAZ dijo...

Me ha encantado. No tengo más que decir ni se puede decir más en tan pocas palabras