No sirven para recorrer largas distancias. Tampoco para caminar muy rápido. No son elegantes. Quizá a alguno hasta le resulten escandalosas.
Son lo que son... Son como son...
No intento cambiarlas, porque cuando las conocí eran así, y me las llevé igualmente. Si en su día fue más que suficiente para que me conquistaran, ahora ¿por qué parece que no alcanzan el nivel?.
Son lo que son... Son como son...
No intento cambiarlas, porque cuando las conocí eran así, y me las llevé igualmente. Si en su día fue más que suficiente para que me conquistaran, ahora ¿por qué parece que no alcanzan el nivel?.
2 comentarios:
No querer las cosas que se quieren es de niñ@s, avestruces o cobardes, y menos renegar o huir de ellas por el miedo a terceros, al qué dirán ¿a quién le parece que no alcanzan el nivel?
Lo cual no quita que reconozcamos sus limitaciones, ésa es la grandeza, la elección escogida. Me gustas por tus defectos, pero también por tus virtudes, que todos buscan, decía alguien, o quizás sólo lo pensaba.
No querer las cosas que se quieren sucede más de lo que parece.
Por temor? bueeeno, en este caso pensaba en exceso de celo. Pero debo decir que por temor tambien es posible perderse... el caminar en estas chanclas.
A quien le parece que no alcanzan el nivel? A ellas no, que desde el principio se comportan como son, más no parece ser suficiente.
Me gusta la frase de los defectos y virtudes. Querer a alguien por sus defectos es lo más grande.
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